martes, 20 de septiembre de 2011

EL VALOR DE RESPETO GOOGLE DOCS

““VALOR DEL RESPETO””

Veneración, acatamiento que se hace a alguien. Miramiento, consideración, deferencia.  
Podríamos pensar que faltar al respeto es simplemente tener malos modales. Claro, hablar con la boca llena, presentarnos sucios a la escuela o el trabajo, o empujar a los otros para pasar son conductas irrespetuosas. Sin embargo, significan poco en comparación con las verdaderas faltas de respeto: tocar a alguien sin su consentimiento; burlarnos de una religión, de un trabajo o una forma de vida diferente a la nuestra, querer utilizar a los demás como medios para nuestros planes, abusar de quienes están en desventaja. A veces la mejor forma de ponerlo en práctica es seguir las reglas. Pero pensar siempre “debo hacer esto”, “no debo hacer lo otro” es solo el primer paso. El gran progreso en la búsqueda del respeto no está en la inteligencia, sino en el corazón: el amor a los demás sirve de guía e inspiración para cuidarlos y honrarlos por formar parte de la vida.


Viviendo el valor del respeto
El valor del respeto se ejerce cuando mostramos aprecio y cuidado por el valor de algo o de alguien. Puede estar dirigido hacia los derechos y la dignidad de las demás personas, hacia los de nosotros mismos y también hacia el entorno natural, incluyendo las plantas y los animales que lo integran. Nos ayuda a conservar intacto aquello que mas apreciamos en la vida; nos enseña a reconocer aquello que más aprecian los demás. Puede vivirse en forma colectiva entre un país y otro o individual entre dos personas.

Un código universal por el respeto
Una idea muy popular afirma que, al solicitar algo, importa tanto lo que pedimos, como la forma en que lo hacemos. Llamamos “cortesía” a la manera atenta en que se solicita un servicio o un objeto; es un elemento que transforma cada detalle de la vida.
Pero la cortesía es solo la superficie de una actitud más profunda.Respetar a los otros consiste en reconocer su importancia como personas que habitan el mundo y comparten la vida contigo, en saber que cada una de ellas es tu prójimo, tu semejante. La lista incluye a los miembros de tu familia, a tus maestros y amigos, a tus vecinos, pero también a cualquier persona que pasa por la calle, aunque no la conozcas. Todos ellos, sin importar los detalles (menos aun si son hombres o mujeres) son tus iguales.


 
Para la vida diaria:practica de esta manera el respeto
  • Sigue las reglas que se siguen en tu grupo o tu comunidad, como guardar silencio en determinadas circunstancias o respetar las aéreas y servicios creados para las personas discapacitadas.
  • No aceptes ninguna actitud ofensiva o humillante: nadie debe hablarte a gritos o con groserías.
  • Las leyes están hechas para respetarse. Hazlo siempre y recomiéndalo a tu entorno.
  • Aprende a ser amable y afectuoso con tu entorno: no arrojes basura en la calle, ten consideración de los mayores, de las plantas, de las mascotas.


¡¡¡¡Construye poco a poco el mundo donde quieres vivir!!!!!


Por el camino del respeto
Las dificultades hacen que muchas personas pasen por encima de las reglas y hasta de las demás personas para conseguir sus fines. Aunque los obtengan, esta forma ha de evitarse: están haciendo del mundo un lugar de violencia y sufrimiento.
Puede creerse que el respeto o la falta de respeto que se presentan en el hogar no tienen mayor impacto. Sin embargo, todo comienza allí: si respetamos en la casa, estamos generando respeto en el mundo. No aceptes ni un detalle de violencia en tu hogar.
A veces pensamos que las personas rudas y agresivas en su trato son fuertes. La verdad es todo lo contrario: actúan así porque son débiles y tienen miedo.


Tenemos como gran ejemplo a Miguel Ángel de Quevedo:“apóstol del árbol”.
El respeto a la naturaleza(1862-1946)
A fines del siglo XIX era raro que las personas tomaran en cuenta la importancia del medio natural y sus riesgos a causa de la acción humana. Miguel Ángel de Quevedo fue el pionero mexicano de lo que hoy se llama ecología: un conjunto de investigaciones y acciones para cuidar la naturaleza.
Egresado de la carrera de Ingeniería, creó la Junta Central de Bosques, dedicada a prevenir la tala indiscriminada y procuró que la ciudad de México tuviera más jardines y áreas verdes. Además, estableció un vivero de cedros, pinos, acacias, eucaliptos y tamariscos que permitió plantar 2.4 millones de árboles en 1914. En un proceso paralelo creó escuelas para capacitar a los guardabosques en el cuidado de éstos y la prevención de incendios forestales. En el plano gubernamental persuadió a los legisladores de 1917 para incluir a la idea de la protección al ambiente en la Constitución. A él se le debe el Sistema Mexicano de Parques Nacionales: entornos naturales protegidos en beneficio de sus plantas y animales.
Gran parte de su obra sigue vigente en el México contemporáneo.